
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, confirmó ayer que cede a España uno de los asientos que corresponde a Francia en la reunión del G-20, el 15 de noviembre. En un comunicado emitido a los Veintisiete socios de la UE, Sarkozy quiso confirmar la presencia española.
Francia dispone de dos sillas, una como miembro de pleno derecho del G-20 y otra como presidente semestral de la UE. Como no puede utilizar las dos, Sarkozy pidió al Gobierno de Estados Unidos que se invitase a España a ocupar la plaza francesa.
España finalmente tendrá silla, voz y voto en la cumbre.
El primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, se mostró firme partidario de que España esté presente en la reunión del G-20, «pero no con media silla o la silla de Francia, sino con la suya propia, por su peso económico y porque es un gran país».
Se le pregunta a Zapatero sobre qué valor añadido le podía aportar a la reunión la presencia de España; respondió que «todo el mundo ha reconocido que España tiene uno de los mejores sistemas de supervisión del mundo, la legislación española y la actitud del Banco de España han sido ejemplares a lo largo de toda la crisis, se ha demostrado que ha sido de los mejores y ésta es una experiencia importante». Además, añadió, «en ese balance se puede incluir la actitud de las entidades financieras españolas con su garantía en su actividad financiera».
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